En la pedagogía Waldorf se da mucha importancia al contacto del niño con la naturaleza, pues es gracias a la observación y la interacción con ella que el niño puede descubrir y experimentar gran cantidad de cosas y ello enfatiza y favorece su unión con ella.
Así mismo, al estar en contacto directo con la naturaleza, es el propio niño quien observa los cambios que las estaciones del año provocan en ella. Esto favorece la asimilación de las características de cada estación, así como el ritmo anual ya que lo vivencia de forma más directa e intensa.
Sin olvidar que es en contacto con la naturaleza, dónde el niño puede sentirse libre de movimiento. El niño conecta tanto consigo mismo cómo con su entorno a través del movimiento y el juego al aire libre le permite: cavar en la tierra, recoger flores o piedras, subirse a los árboles... actividades que también le ayudan a trabajar su motricidad gruesa y fina.
Es por todo esto, que cuando vimos la iniciativa Retos de primavera para niños de Pequefelicidad no dudamos en participar y ofrecer nuestra propia versión.