viernes, 20 de noviembre de 2015

Los monstruos que se comen los miedos

Cómo ayudar a nuestros hijos a superar los temores es algo que muchas veces nos preocupa y creo que no está demás tener a la mano recursos entretenidos y a la vez didácticos para poder ayudarles de maneras mas tanginbles.
Primero es importante saber ¿Qué es el miedo y para qué sirve?
El miedo es una emoción primaria cuyo papel en nuestra vida es encargarse de protegernos de posibles daños, gracias a él reaccionamos ante situaciones reales de peligro, como apartarnos ante un coche que se acerca a gran velocidad, o al asomarnos a un precipicio. El miedo es una emoción que surge cuando la persona se siente en peligro, sea éste real o no. Es una respuesta normal, necesaria y adaptativa que prepara al organismo para reaccionar ante una situación de peligro.
Todos los seres vivos tienen miedo a aquellas cosas o seres que les pueden causar daño a nivel físico, si incluso las plantas, pero los seres humanos, además, reaccionamos también ante aquello que nos pueda dañar de manera emocional.
Tener miedo en el plano emocional nos da la oportunidad de generar herramientas para afrontar situaciones y nos permite superarlas y superarnos a nosotros mismos.
El siguiente corto no está pensado para los niños, pero creo que refleja muy bien esa “mala fama” que tiene el miedo y lo necesario que es en nuestra vida. Su mensaje es claro " Es bueno tener miedo pero tampoco dejes que se adueñe de tu vida".


Este corto me dio la idea y le he creado a mi peque, que ama los monstruos, un pequeño monstruo de bolsillo siguiendo estas indicaciones 




Y ahora simplemente hemos quedado en que cuando el miedo aparezca en un momento inapropiado, solo deberá decirle : “Muchas gracias miedo, pero no te necesito, no hay peligro“ y así  el pequeño monstruo de bolsillo se llevará el miedo al mundo de los miedos. 

Es normal que los niños presenten miedos específicos a partir de los 2 años nuestros hijos empiezan a sentir nuevos miedos, miedo estar solo, miedo a la oscuridad, miedo a los monstruos, a las brujas, al lobo o a cualquier otro ser fantástico que ronde por su imaginación pues a medida que el niño se desarrolla a nivel cognitivo, es normal que aparezcan, es una forma de mostrar al mundo que está madurando. Por eso es muy útil enseñarle a los pequeños a enfrentar sus miedos a medida que estos van surgiendo pues de lo contrario y si los dejamos avanzar empiezan las pesadillas y las noches en vela sin dormir debido a los continuos despertares.

Buscar soluciones es parte de nuestro trabajo y la verdad es que hay muchas ideas a las que podemos hechar mano:
Están los Sorgenfresser (puedes acceder a ellos pinchando en el enlace) que son unos monstruos muy especiales, unos que no dan miedo sino todo lo contrario, son monstruos come miedos que tienen como objetivo principal guardar todas las preocupaciones, miedos e inquietudes de nuestros hijos para protegerles hasta que puedan enfrentarse a ellas con menos dificultad.





Gracias a su gran boca-cremallera se tragan los miedos, los problemas o las preocupaciones de nuestros pequeños y no tan pequeños. No debemos entender estos muñecos como una solución a los problemas de nuestros hijos, si no como un medio para canalizarlos o como una forma para ayudarles a gestionar sus temores.


  Tambien pueden juntos construir su propia Cajita come miedos.




Para hacerla vais a necesitar los siguientes materiales:
– Una caja de cartón.
– Acuarelas, ceras, gliters, papeles de colores… Cualquier cosa que les permita decorarla.
– hojas o cartulinas para colorear
– En este caso hueveras de cartón, ojitos de plástico y pegamento.
Procedimiento:
Escogeremos una caja de cartón para convertirla en nuestra “Cajita come-miedos“. Si tiene tapa, perfecto, sino podremos realizar una pequeña ranura con unas tijeras o un cúter, a modo de “buzón”, para introducir nuestros miedos en ella. Es importante explicarle a nuestros peques para qué vamos a utilizar esta caja, en qué la vamos a transformar y luego dejemos volar su creatividad.
Una vez terminada la cajita, procederemos a darle unas hojas o tarjetas en las que expresará sus temores. En este momento sus miedos saldrán de su cuerpo y se plasmarán en el papel, que después será guardado en la caja. El hecho de tomar conciencia de sus miedos, poder verbalizarlos y exteriorizarlos es tremendamente beneficioso.
Antes de introducir los miedos en un Sorgenfresser o en la cajita es muy importante profundizar un poco más en los miedos de nuestros hijos haciendoles preguntas o ayudandoles a desarrollarlas:
Pedirles que verbalicen su miedo
¿Cuándo lo siento?
¿Por qué?
¿Qué ocurre cuando tengo miedo? ¿Cómo me siento? ¿Cómo responde mi cuerpo?
¿Qué cosas podré hacer si este miedo desaparece?
A continuación nos desharemos de él introduciéndolo en la cajita y le recordemos que los miedos, alguna vez, pueden escaparse, y que en caso de que esto suceda, les pediremos educadamente que vuelvan a su lugar, dentro de la caja. Una vez que hayan desaparecido, podemos sacarlos de la caja y hacer con ellos lo que consideremos más apropiado, para que el niño sea consciente de que ha superado ese miedo y se sienta orgulloso de ello.
Karla Piccardo
Mamá Homeschooler

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