No sé en qué momento nos empezamos a acostumbrar a escucharlas, a aceptarlas como parte de nuestra vida y darles entrada en los momentos cotidianos. Así de pronto y sin darnos cuenta, nos convertimos en una sociedad soez y desinhibida; vulgarmente moderna. Lo que hace unos años era impronunciable en el patio de la escuela entre nuestros amigos, ahora se convierte en el vocabulario familiar a la hora de la comida. Y si un pequeño dice alguna por primera vez, ¡nos causa risa! Y cómo no, si es que todos somos "re-mal hablados".
Las palabrotas, groserías, garabatos y malas palabras, son actualmente y en muchos hogares, parte del lenguaje familiar. Los niños las escuchan decir por boca de los padres y en los casos en los que la familia no las usa, los pequeños entran en contacto con otros chicos que las dicen en la escuela, en el condominio o bien las escuchan en programas de televisión que pasan en horarios "familiares" o en películas que llegan a sus ojos... y a sus oídos.
Pero ¿Por qué las groserías se aprenden tan fácilmente? ¿Por qué siempre los niños pequeños las repiten en los momentos menos convenientes? Ahora que me he puesto a pensar y a leer sobre el tema les puedo decir que hay una etapa, que va desde los 5 años a los 9 años en lo que los niños disfrutan diciendo malas palabras, aún sin saber su significado.
Lo cierto es que lo que antes se corregía en casa, en la escuela, ahora se ha convertido en una manera permanente de hablar que dura toda la vida. Lo que no es cierto es que el decir malas palabras sea un asunto muy celebrado, pues en el fondo, mucha gente todavía tiene un censor que rechaza esas manifestaciones vengan de quien vengan pero más aún si vienen de la boca de los pequeños.
Peeo ¿qué hacer para evitarlo? Eso me lo han preguntado mucho y lo que siempre digo es que es bueno saber de dónde provienen las malas palabras. Hay muchas razones posibles por las que los niños las dicen...
PARA SENTIRSE ADULTOS.
Cuando los niños escuchan a los adultos de su entorno decir malas palabras es siempre en un momento de alteración. La gente reacciona con malas palabras y el ambiente se pone tenso. Los niños dicen malas palabras para ver si ellos pueden crear el mismo ambiente y obtener el mismo resultado. Los niños simplemente están jugando a ser adultos y al mismo tiempo están midiendo hasta dónde pueden llegar en esa situación.
PARA OBTENER ATENCIÓN.
Una vez que un niño usa una mala palabra y logra atención y respuesta inmediata de los adultos que están a su alrededor, él se da cuenta que decir malas palabras es un algo bueno. Por eso no es bueno celebrar su primera palabrota, aunque haya sonado muy chistosa con su adorable entonación angelical.
PARA DEMOSTRAR INDEPENDENCIA.
Los niños están tratando de probar que ellos son individuos "independientes" de sus padres y por lo tanto están probando que tú no puedes controlar todo lo que ellos hacen y dicen. En realidad no podemos controlar lo que sale de sus bocas, eso es un hecho, no podemos saber qué es lo que están pensando y por lo tanto planeando decir. La rapidez del pensamiento-lenguaje les da la posibilidad de evitar que podamos intervenir, ésta es un área en la que ellos disfrutan poder explorar.
PARA SER ACEPTADOS EN UN GRUPO.
Los niños, pero sobre todo los que conviven con chicos más grandes, quieren ser aceptados por el grupo. A menudo, decir malas palabras es visto como algo "heroico" así que decir malas palabras es simplemente una forma para un niño o un adolescente pora tratar de ser parte de su grupo.
PARA IMITAR LO QUE VEN EN LA TELEVISION O EN EL CINE.
Los niños son fácilmente afectados por el ambiente. Si ellos tienen un "modelo" que dice malas palabras, lo más seguro es que ellos también las digan.
Y bueno ¿cuál sería la solución? Una vez que entendemos de dónde provienen las palabrotas que nuestro peque está diciendo podemos hechar mano a las siguientes herramientas:
FIJA LÍMITES PARA MANTENER LA CALMA. A menudo, la reacción de un padre en realidad estimula al niño a repetir las malas palabras.
UN ENFOQUE SENCILLO Y CALMADO DA MEJORES RESULTADOS. "Hijo, esa no es una buena palabra" debes buscar un momento calmado para expresarle lo que piensas y fijar límites específicos. Habla del por qué la gente dice malas palabras, define cuáles son las malas palabras, y explícale por qué no son aceptadas en la familia y explica también en que ambiente se las permitiras (recuerda que nosotros educamos con el ejemplo y si solemos decirlas y pretendemos que nuestros hijos no las digan deberemos limitarlas nosotros también).
ENSÉÑALES ALTERNATIVAS ACEPTABLES. A algunos niños les cuesta trabajo entender y expresar sus sentimientos de ira. La falta de madurez los lleva a creer que ellos son los únicos que se sienten de esa manera y que sus sentimientos son malos. A los niños les ayuda que se les permita tener malos momentos, aun cuando se les ha puesto un límite a su comportamiento.
Por ejemplo, cuando un niño llora porque ha sido castigado ¡Él ya tiene una poderosa razón para estar triste! Y si el niño corre hacia su cuarto, no le grites porque lo hace. Es una manera sana de expresar sus sentimientos. Cuando un niño enojado dice malas palabras, inmediatamente ofrécele una alternativa," Ese lenguaje no es aceptable. Puedes decirme: "estoy enojado contigo o no estoy de acuerdo contigo".
ELOGIA EL BUEN COMPORTAMIENTO. Cuando un niño responda a la ira de una forma apropiada, asegúrate de reconocérselo.
Pero sobre todo examinémonos como adultos ejemplares que somos. Hagamos una campaña familiar para hablar con "Gracia y Cortesía", esforcémonos en evitar decir groserias, aun estando entre amigos. Recuperemos la belleza de las palabras.
Karla Piccardo
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