Desde más de veinte años, se viene utilizando la milenaria técnica de los mandalas en ambientes educativos y de rehabilitación. En Waldorf han encontrado cabida desde los inicios y se ha reconocido los beneficios que ofrecen.
Pero ¿Qué son los Mandalas?
Un mandala es una representación de carácter simbólico de origen hindú, que se relaciona con sus religiones, el budismo y el hinduismo.
Es una representación del Universo, en el centro se encuentra la divinidad, relacionada con el concepto de perfección, por esto se encuentra rodeado de círculos o cuadrados (según el caso) que representan los niveles que hay que superar para llegar a esa perfección. Por tanto una serie de círculos concéntricos cuya representación simbólica supone un camino hacia la espiritualidad, hacia la perfección y plenitud individual, que tiene como referencia religiosa la representación de la divinidad.
Para el mundo oriental el mandala es además un elemento de meditación, porque su contemplación permite identificarse con un concepto de simetría, orden y equilibrio que es el que transmite el propio dibujo y que se identifica con la perfección.
El mandala, así como el laberinto de Teseo en la cultura clásica, los laberintos representados en los pavimentos de algunas catedrales góticas, las pinturas sobre arena de los indios navajos, y otros laberintos de las culturas antiguas, son representaciones simbólicas del recorrido de la vida. Se considera un modelo de representación iniciática.
Carl Jung considera el mandala un símbolo de la esencia de la psicología personal de cada uno de nosotros. Carl Jung introdujo los mandalas en el Hemisferio Occidental, en su investigación de arquetipos y en su estudio de religiones asiáticas. Para Jung, los mandalas son proyecciones del estado de la persona en el momento, en el cual está haciendo el mandala. Una vez finalizado el mandala, podemos decir que ese estado, ha sido modificado. De este modo, hay en esta apreciación una referencia a un aspecto temporal de la imagen producida, la cual nos remite al pasado ya que la imagen es portadora de tiempo en sí misma.
Para el mundo oriental el mandala es además un elemento de meditación, porque su contemplación permite identificarse con un concepto de simetría, orden y equilibrio que es el que transmite el propio dibujo y que se identifica con la perfección.
El mandala, así como el laberinto de Teseo en la cultura clásica, los laberintos representados en los pavimentos de algunas catedrales góticas, las pinturas sobre arena de los indios navajos, y otros laberintos de las culturas antiguas, son representaciones simbólicas del recorrido de la vida. Se considera un modelo de representación iniciática.
Carl Jung considera el mandala un símbolo de la esencia de la psicología personal de cada uno de nosotros. Carl Jung introdujo los mandalas en el Hemisferio Occidental, en su investigación de arquetipos y en su estudio de religiones asiáticas. Para Jung, los mandalas son proyecciones del estado de la persona en el momento, en el cual está haciendo el mandala. Una vez finalizado el mandala, podemos decir que ese estado, ha sido modificado. De este modo, hay en esta apreciación una referencia a un aspecto temporal de la imagen producida, la cual nos remite al pasado ya que la imagen es portadora de tiempo en sí misma.
¿Para qué sirven los Mandalas?
1. Como medio de Superación de situaciones emocionales negativas (fobias, ansiedad, temores nocturnos, acosos escolares, experiencias traumáticas). Mientras se pinta en el subconsciente desaparecen los problemas porque nos encontramos en un estado de total relajación y concentración. Las respuestas de reacción a estados emocionales negativos van desapareciendo y poco a poco se transforman. Para el niño pintar o crear mandalas puede ser un medio de autoterapia.
2.Como técnica de Relajación.
La actividad creativa de los mandalas en niños tensos, introvertidos y con tendencia al aislamiento es muy útil.
La actividad creativa de los mandalas en niños tensos, introvertidos y con tendencia al aislamiento es muy útil.
3.Como medio de Producción.
Desde los garabatos, los remolinos, esferas a las producciones de mandalas más elaboradas, el niño va evolucionando en su creatividad productiva y habilidad psicomotriz.
Desde los garabatos, los remolinos, esferas a las producciones de mandalas más elaboradas, el niño va evolucionando en su creatividad productiva y habilidad psicomotriz.
4. Como medio de Comnicación.
El niño utiliza los recursos de la Expresión Plástica para desarrollar procesos de comunicación, tanto más ricos cuanto más lo sea el medio y los recursos que le estimulen y le orienten.
El niño utiliza los recursos de la Expresión Plástica para desarrollar procesos de comunicación, tanto más ricos cuanto más lo sea el medio y los recursos que le estimulen y le orienten.
5. Como medio de Expresión.
A través del dibujo, del color, el niño se expresa. Expresa su mundo interior, pensamientos, ideas, estados de ánimo y relaciones con el mundo de un modo cada vez más complejo, desde los primeros garabatos a las creaciones artísticas más abstractas y elaboradas desarrollando con ello su psicomotricidad.
A través del dibujo, del color, el niño se expresa. Expresa su mundo interior, pensamientos, ideas, estados de ánimo y relaciones con el mundo de un modo cada vez más complejo, desde los primeros garabatos a las creaciones artísticas más abstractas y elaboradas desarrollando con ello su psicomotricidad.
*Nota: En muchos colegios Waldorf se trabajan los mandalas, incluso en las matemáticas, se usan por lo mucho que ayudan a despertar la creatividad de los niños aunque claro está, que para el desarrollo de la creatividad no hay como una hoja en blanco o papeles de colores para que uno mismo haga su propio mandala.
Karla Piccardo
Mamá Homeschooler
Karla Piccardo
Mamá Homeschooler
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