El límite es definido como “Línea real o imaginaria que separa dos territorios” y aunque parezca raro, los límites generan libertad, pues al definir lo prohibido establecen también todo aquello que está permitido. Son anclajes a la realidad que nos proveen de cierta estabilidad y, a partir de ello generan sensación de tranquilidad y bienestar, tienen estrecha relación con nuestros valores y la forma en que queremos que nuestros hijos participen del mundo.
Para transmitirlos no basta con verbalizarlos, Los límites necesitan además de algunas características clave, los limites han de ser:
Predecibles: Qué quiero decir con esto de que sean limites predecibles, pues que en casa debemos tener una rutina y un orden familiar establecidos en los que los limites sean claros y este establecido qué pasa si se trasgrede.
Unánimes: Para poder poner límites con facilidad y sin enojos es necesario un acuerdo entre todos quienes integran la familia logrando asi un mensaje unánime. Todos los adultos que intervienen en la vida cotidiana del niño: padres, abuelos, niñera, tíos, etc, deben generar acuerdos en cuanto a los límites, es decir, deben decir lo mismo y jamás desautorizarse mutuamente frente al niño.
Claros: El mensaje que transmitimos debe ser claro, nuestro hijo no nació sabiendo, si queremos que en ciertos lugares esté tranquilo debemos explicarle qué es estar tranquilo y cómo puede lograrlo, siempre debe haber claridad en el mensaje: los padres debemos ser precisos con lo que pedimos, es así como si queremos que estudie debemos especificar de antemano los horarios, el lugar y los elementos de estudio que podrá usar en esa ocasión Para que el límite pueda ser claro, los padres debemos tener las cosas en claro desde un principio, tanto las creencias, como los hábitos , costumbres y valores que pretendemos inculcar.
Coherentes: Como padres debemos tener una conducta coherente con lo que pedimos a nuestros hijos, recordemos que la paternidad y maternidad se tratan de ser nosotros mismos lo que queremos ver en nuestros niños, recordemos siempre que ellos aprenden mucho más de lo que ven que de lo que se le dice, es muy necesario enseñar con el ejemplo. Los niños son como esponjas que absorben todas las conductas: las buenas y las malas.
Flexibles: A que me refiero con esto, quiero decir que los límites deben ser flexibles según el paso del tiempo pues no es lo mismo un límite para un niño de 3 años que el que le pondremos a uno de 7, de 10 o de mayor edad. Los límites deben ser revisados y modificados a medida que nuestro hijo crece y gana autonomía.
Los niños necesitan padres seguros y tranquilos. Muchos al poner el límite, lo hacen retando al niño de antemano, a gritos, enojados, como anticipándose a que no van a ser respetados, impartiendo un castigo antes de que el niño transgreda el límite, es mejor hacerlo tanto tranquilos como firmes y seguros, así el niño entenderá de mejor manera lo que queremos transmitir, pues no se sentirá en peligro o asustado.
Predecibles: Qué quiero decir con esto de que sean limites predecibles, pues que en casa debemos tener una rutina y un orden familiar establecidos en los que los limites sean claros y este establecido qué pasa si se trasgrede.
Unánimes: Para poder poner límites con facilidad y sin enojos es necesario un acuerdo entre todos quienes integran la familia logrando asi un mensaje unánime. Todos los adultos que intervienen en la vida cotidiana del niño: padres, abuelos, niñera, tíos, etc, deben generar acuerdos en cuanto a los límites, es decir, deben decir lo mismo y jamás desautorizarse mutuamente frente al niño.
Claros: El mensaje que transmitimos debe ser claro, nuestro hijo no nació sabiendo, si queremos que en ciertos lugares esté tranquilo debemos explicarle qué es estar tranquilo y cómo puede lograrlo, siempre debe haber claridad en el mensaje: los padres debemos ser precisos con lo que pedimos, es así como si queremos que estudie debemos especificar de antemano los horarios, el lugar y los elementos de estudio que podrá usar en esa ocasión Para que el límite pueda ser claro, los padres debemos tener las cosas en claro desde un principio, tanto las creencias, como los hábitos , costumbres y valores que pretendemos inculcar.
Flexibles: A que me refiero con esto, quiero decir que los límites deben ser flexibles según el paso del tiempo pues no es lo mismo un límite para un niño de 3 años que el que le pondremos a uno de 7, de 10 o de mayor edad. Los límites deben ser revisados y modificados a medida que nuestro hijo crece y gana autonomía.
Los niños necesitan padres seguros y tranquilos. Muchos al poner el límite, lo hacen retando al niño de antemano, a gritos, enojados, como anticipándose a que no van a ser respetados, impartiendo un castigo antes de que el niño transgreda el límite, es mejor hacerlo tanto tranquilos como firmes y seguros, así el niño entenderá de mejor manera lo que queremos transmitir, pues no se sentirá en peligro o asustado.
El límite siempre debe ponerse de manera firme sin gritos ni enojos pero con vehemencia en el tono de voz y con actitud seria, hay que transmitirlo con claridad y firmeza que se manifiestan en la vehemencia del tono de voz, en una mirada, un gesto… Esto es más que suficiente, y hace innecesarios el grito y el golpe.
Además, recuerden que la paciencia da tiempo a que se incorporen y respeten progresivamente los límites. En este proceso, a medida que descubren el mundo y sus reglas, los niños necesariamente cometerán errores, pues no nacieron sabiendo, la asimilación del límite muy pocas veces se da instantáneamente, por lo cual es muy importante ser pacientes y mantener la calma.
También es importante recordar que luego de la transmisión del límite, algunos niños necesitan verificar que efectivamente este existe, y lo harán transgrediéndolo para ver qué sucede. Aunque les parezca raro, para terminar de poner el límite es necesario que el niño lo transgreda y vivencie las consecuencias. Sólo así aprenderá que ahí efectivamente hay un límite.
"Los límites son absolutamente necesarios ya que organizan y crean una realidad, generan valores y transmiten maneras de ver y vivir la vida".
Karla Piccardo
Mamá Homeschooler
"Los límites son absolutamente necesarios ya que organizan y crean una realidad, generan valores y transmiten maneras de ver y vivir la vida".
Karla Piccardo
Mamá Homeschooler
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